domingo, 9 de mayo de 2010

Mi confrontacion con la docencia

Hace pocos años tuve la oportunidad de participar en un Concurso de Ensayo titulado “Historias de Maestros por Maestros”, y gané a nivel Zona Escolar, el cual dediqué a mi profesor de Inglés de la escuela secundaria (q. en p. d.) ya que con cariño y agradecimiento puedo decir que por él adquirí el gusto por esta lengua extranjera. Claro también agradezco a mis Padres que pudieron pagar, que en aquellos años era caro ( y con nueve hijos en total ) en una institución especializada en el idioma, estudié dos años en el I.P.N. y dos años más en el Instituto Anglo-Americano. Aunque debo admitir que cuando lo estudiaba no era con el firme propósito de ser maestra de Inglés, sin embargo cuando hubo la oportunidad de trabajar con unas pocas horas en Secundaria, fueron los estudios de Inglés los que me abrieron el camino, después de algunos años hubo otra oportunidad: Horas Clase en el Nivel Medio Superior. De esto ya hace veintidós años, pero parece que fue ayer porque el trabajo de ser docente no es trabajo cuando es algo que nos gusta hacer. Siempre me he sentido satisfecha con lo que he logrado en las diversas generaciones con las que he laborado, pero sí tengo un motivo de insatisfacción que desafortunadamente no está a mi alcance el poder mejorarlo. Para la adquisición del idioma Inglés en una institución especializada el número de alumnos en un grupo es de veinte por muy alto. Nuestros grupos se han caracterizado por llegar a los cincuenta alumnos o más en los primeros años. Nuestras autoridades de todo nivel deberían fijarse más en estos números cuando establecen políticas educativas.

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